Siempre, cuando terminamos de entrenar entramos en el periodo de recuperación. Existen 2 tipos de recuperación, la recuperación activa y la pasiva. La pasiva consiste en dejar los músculos en reposo tanto como sea posible, es decir sin realizar ninguna actividad física fuera de las de la vida diaria, hoy nos vamos a enfocar en la recuperación activa que consiste en realizar actividad física de baja intensidad durante el periodo de recuperación para mejorar el rendimiento deportivo.
El periodo de recuperación es importante porque todo esfuerzo físico que supere la intensidad o la cantidad que sueles hacer genera un daño a las fibras musculares, este periodo es el momento en el que el cuerpo se recupera y sana ese daño. Es importante que seas consiente de esto y que aproveches el periodo de recuperación de la mejor manera para tus objetivos y según tus necesidades en el momento y a largo plazo.
Lo primero que debemos resaltar es la importancia de escuchar las señales del cuerpo, sólo debes practicar recuperación activa cuando no haya dolor muscular. El dolor es una señal de alerta que nos da el cuerpo y es importante escucharla, si tienes dolor lo recomendable es que no realices actividad física para que tu cuerpo pueda recuperarse adecuadamente.
Cuando tenemos un entrenamiento intenso que implica un esfuerzo físico alto, hay una pérdida de sustratos energéticos y un aumento del nivel de ácido láctico o lactato en la sangre generando sensación de fatiga y reduciendo el rendimiento físico. Lo que hace la recuperación activa es oxigenar los músculos ayudando a que el ácido láctico baje y favoreciendo la adaptación muscular y la recuperación de las fibras lastimadas durante el entrenamiento intenso.
Existen distintas formas de practicar la recuperación activa y cada una tiene distinto niveles de intensidad, puedes realizarlas según como se sienta tu cuerpo en el momento y en que etapa del periodo de recuperación estés. Recuerda que el periodo de recuperación empieza inmediatamente después de terminar el entrenamiento y va hasta varias horas después, alrededor de 2 días.
Puedes hacer ejercicios de baja intensidad, es decir, más baja que en tu entrenamiento principal. Por ejemplo salir a trotar, a caminar, nadar, la intensidad de tu sesión principal va a determinar la intensidad del ejercicio que puedas realizar en tu periodo de recuperación activa.
Los estiramientos también son gran forma de recuperación activa porque el movimiento produce alivio en los músculos y ayuda a su oxigenación sin ser un gran esfuerzo muscular.
Los masajes también son una buena opción para recuperación activa, es el nivel más bajo en intensidad, tal vez sea lo ideal si estás ligeramente adolorido. Los masajes también ayudan a mejorar la circulación en la zona.
Independientemente de la recuperación activa que escojas recuerda que deben ser sesiones cómodas, no te debe causar ningún dolor ni molestia. El objetivo de la recuperación activa es ayudar a la oxigenación de los músculos, no ser un reto físico más que se sume a tu entrenamiento principal.
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